Les voy a contar una historia para que vean de dónde sale el dinero.

Cierto día una pareja humana cualquiera recaló en una isla desierta. Había muchos animales en la isla, pero ninguno prosperó. Ellos en cambio se hicieron su casa y hasta un establecimiento agrícolo ganadero.

Un día decidieron irse de la isla y justo consiguieron otra familia que quería afincarse allí así que vendieron su establecimiento en un millón de dólares.

Ellos, y no Ciccone, eran la fábrica de dinero!

 

Se vinieron a la ciudad y comenzaron con esas ansias locas de ganar más dinero a trabajar en una fábrica. Pensaron “acá es más fácil” Pondremos las máquinas al rojo vivo y generaremos mucho más dinero que en la isla. Así hicieron y cuando llegó fin de mes el empresario les pagó lo que fija el convenio.

Le preguntaron “¿dónde está el dinero que generamos?

El dueño les explicó que al 35% de las ganancias de la empresa, que era precisamente el dinero que ellos habían generado se lo confiscó el Estado.

Se abatieron de tal forma que se la agarraron con el empresario y le hicieron demanda laboral.!

El Estado mató la fábrica del dinero y la gallina de los huevos de oro.

¿No es hora de resolver esa distorsión?