“La Cuarta Postura: Una Nueva Visión para la Economía y la Justicia Social”
Trelew, 28 de noviembre de 2024
La Cuarta Postura es una propuesta innovadora que busca transformar la forma en que pensamos sobre la economía y la justicia social. Esta iniciativa se centra en la idea de que las empresas deben compartir sus ganancias con sus empleados, creando una economía más justa y equitativa.
La Cuarta Postura se basa en la idea de que la riqueza y el poder deben ser distribuidos de manera más justa y equitativa. Esta propuesta busca crear un modelo económico más sostenible y justo, donde las empresas y los empleados trabajen juntos para crear valor y prosperidad.
“La Cuarta Postura es una llamada a la acción para crear un mundo más justo y equitativo”, dijo Néstor González Loza.
“Creemos que esta propuesta puede ser un paso importante hacia la creación de una economía más justa y sostenible”.
Consiste esencialmente en transformar el impuesto a las ganancias de las empresas en participación en las ganancias para todo su personal.
La Cuarta Postura está abierta a la colaboración y el diálogo con líderes empresariales, políticos, académicos y miembros de la sociedad civil. Si estás interesado en aprender más sobre esta propuesta y cómo puedes involucrarte, por favor no dudes en contactarnos.
La Cuarta Postura
Índice
- ¿Qué es el bautismo?
Cuando pensamos en el bautismo, imaginamos agua y rituales, pero ¿y si fuera algo mucho más profundo, un fenómeno metafísico que todos experimentamos al nacer? No es un acto de fe, sino un instante cósmico de muerte y resurrección, donde el alma, como un viajero eterno, traslada su fortuna y preferencias a un nuevo cuerpo. Inspirado en la Bhagavad Gita, que nos habla del alma cambiando de vestiduras, este capítulo explora cómo este “bautismo” no es un comienzo vacío, sino la chispa que da sentido a la vida, un eco de continuidad que disuelve la absurdidad y nos invita a mirar más allá de lo visible.
Este capítulo aborda la definición del bautismo desde la perspectiva de la Cuarta Postura. En sánscrito, ‘bautismo’ significa ‘muerte y resurrección’, y describe el instante preciso en que el ‘YO’ comienza a comandar el cuerpo al tomar la primera respiración. Este ‘YO’ no surge de la nada, sino que proviene de su vida anterior en un cuerpo que ha dejado de respirar, continuando así su misión desde un nuevo cuerpo. El capítulo también explora cómo el ‘YO’ trae consigo preferencias, talentos y fortuna acumulada en vidas anteriores, influyendo en su desarrollo actual.
- Armonía entre la ciencia y la metafísica
Vivimos en los umbrales de una revolución silenciosa, donde la ciencia y la metafísica, antaño rivales, comienzan a entrelazarse gracias a un aliado inesperado: la inteligencia artificial. Con la prepotencia de sus datos, la IA no solo analiza el mundo material, sino que desentraña misterios que antes eran dominio de la fe o la intuición, como los rastros de vidas pasadas en nuestros primeros años. Este capítulo revela cómo esta armonía, que algún día llamaremos la Cuarta Postura, transforma la tecnología en un puente hacia lo eterno, ofreciendo una filosofía que une el rigor del laboratorio con la sabiduría del alma.
La Cuarta Postura busca integrar la ciencia y la metafísica en un mismo marco filosófico. Este capítulo sostiene que la ciencia y la metafísica no deben contradecirse, sino complementarse para entender mejor la Creación. Mientras la ciencia se enfoca en describir y manipular el mundo físico, la metafísica explora la esencia del ‘YO’ y su propósito trascendental. La cooperación entre ambas áreas se propone como la vía para lograr el verdadero progreso humano y enriquecer la Creación.
- Proporciones sorprendentes
¿Qué pasaría si el caos aparente de la humanidad escondiera un orden inmutable, escrito en números que no podemos ignorar? Desde el equilibrio casi perfecto entre varones y mujeres hasta la proporción de 600 trabajadores, 60 emprendedores, 6 líderes y 1 pensador, este capítulo desvela patrones que trascienden la casualidad. Releyendo el Apocalipsis —donde una coma perdida transforma el “seiscientos sesenta y seis” en tres cifras funcionales— y las castas eternas de la Gita, veremos cómo estas proporciones no son meras estadísticas, sino engranajes de un diseño divino que nos llama a colaborar con la Creación.
En este capítulo se analizan patrones numéricos y proporciones que parecen ser inamovibles en la Creación. Estas proporciones incluyen la paridad entre hombres y mujeres y la relación constante de 600 trabajadores, 60 emprendedores y 6 líderes por cada pensador. Se discute cómo estos números reflejan un orden superior necesario para el equilibrio y la prosperidad, y se exploran sus aplicaciones prácticas en sistemas económicos, educativos y sociales acordes con la Era Próspera.
- La misión
La vida no es un accidente, sino una invitación a participar en algo mayor: la Creación misma. Como un sistema de engranajes perfectamente calibrado, cada ser humano —sea trabajador, emprendedor, líder o pensador— tiene un rol en esta misión divina, un propósito que fluye desde el “bautismo” metafísico que nos trajo aquí. Este capítulo explora cómo la intención de Dios no es un misterio lejano, sino una tarea cotidiana que se frustra cuando el odio de clases atasca la máquina, y cómo la Cuarta Postura nos devuelve al camino de girar juntos en armonía.
Este capítulo define la misión fundamental del ser humano como el trabajo orientado a generar excedentes que enriquezcan la Creación. Cada persona posee un ‘árbol de conocer y decidir’, cuyas ramas perciben la realidad física para conocerla, y cuyas raíces imprimen iluminaciones para tomar decisiones correctas. Se enfatiza la responsabilidad de cada individuo en administrar los excedentes que genera, como parte esencial de su misión espiritual y material.
- La participación en las Ganancias
El odio de clases, esa fricción que detiene nuestro engranaje colectivo, tiene una causa terrenal: los excedentes que los trabajadores crean y los emprendedores gestionan son retenidos por el Estado, enredando a todos en culpas mutuas. Este capítulo propone una solución simple pero radical: eximir del impuesto a las ganancias a las empresas que repartan esa parte de las ganancias con todo su personal, devolviendo la justicia al sistema. Con la inteligencia artificial como testigo, veremos cómo esta participación no solo disuelve el resentimiento, sino que lubrica la máquina de la Creación, alineándola con el diseño que nunca debió romperse.
Este capítulo desarrolla la propuesta económica de la Cuarta Postura basada en la redistribución justa de las ganancias empresariales. Se enfatiza que esta propuesta solo afecta la parte de las ganancias que actualmente es retenida por los Estados. La idea es que esos fondos, en lugar de ser administrados por gobiernos o empresarios, deben ser distribuidos equitativamente entre todos los trabajadores. Se analiza cómo el modelo actual, que permite la apropiación indebida de la plusvalía por parte de los Estados, genera conflictos sociales. Esta propuesta busca erradicar esos conflictos y fomentar la cooperación genuina como base para alcanzar la Era Próspera.
- El árbol de conocer y decidir
Este capítulo profundiza en el concepto del ‘árbol de conocer y decidir’ como el tercer elemento esencial del ser humano, junto con el cuerpo y el alma. Sus ramas se extienden hacia el mundo físico para percibir y conocer la realidad, mientras que sus raíces se hunden en lo espiritual para recibir iluminaciones y tomar decisiones correctas. Este árbol es esencial para
Contacto:
Néstor González Loza
nestorgonzalezloza@gmail.com
542804715195
Manifiesto de la Cuarta Postura
Hacia una nueva educación para un nuevo sistema social y económico
Durante siglos, la humanidad ha construido sus sistemas sociales y económicos sobre las bases de tres grandes posturas:
- El capitalismo, con su énfasis en la acumulación y la competencia.
- El socialismo, que buscó redistribuir los bienes para alcanzar la equidad.
- El comunitarismo, que priorizó los lazos humanos y el bienestar colectivo.
Aunque estas posturas han sido cruciales en nuestra evolución, también han mostrado sus limitaciones. Hoy, enfrentamos desafíos globales que demandan un nuevo enfoque: una integración superadora que reconozca al ser humano como el eje de toda creación y administración de valor.
La Cuarta Postura: el equilibrio entre el individuo y el colectivo
La Cuarta Postura surge como una síntesis de las tres anteriores, respetando sus aportes, pero ofreciendo un nuevo horizonte:
Un sistema donde nadie más que el creador administre los excedentes que genera, garantizando justicia y autonomía.
Una economía y sociedad fundamentadas en el reconocimiento de que no somos el cuerpo, sino quienes lo comandan, permitiendo decisiones más éticas, responsables y trascendentes.
Este nuevo paradigma requiere un cambio profundo en cómo educamos a las próximas generaciones.
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La educación como la raíz de la Cuarta Postura
La Cuarta Postura reconoce que la transformación económica y social comienza en las aulas. Proponemos una revolución educativa que forme ciudadanos conscientes de su papel como creadores, administradores y responsables de sus excedentes.
Dos principios esenciales para la educación del futuro
- “No somos el cuerpo, sino quien lo comanda”: Enseñar a cada ser humano a reconocerse como un ser trascendente que razona, decide y actúa con propósito.
- “Nadie más que yo debe administrar los excedentes que genero”: Educar en la autonomía y la responsabilidad para gestionar el valor personal y colectivo.
Resultados esperados
Ciudadanos libres, éticos y responsables.
Un sistema económico basado en la participación y la justicia, donde los recursos beneficien directamente a quienes los generan.
Una sociedad equilibrada, que combine la creatividad individual con la cooperación colectiva.
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Invitación a los líderes del presente y del futuro
La Cuarta Postura no es una utopía, sino un llamado a construir una nueva realidad. Es una propuesta concreta para repensar nuestras instituciones, nuestra economía y nuestras prioridades como humanidad.
Invitamos a líderes educativos, políticos y empresariales a considerar este manifiesto como el primer paso hacia una transformación profunda. Comencemos desde la raíz: la educación, para construir juntos un sistema donde el ser humano y sus valores sean el centro de todo progreso.
Esta filosofía plantea que el camino hacia una sociedad más justa no consiste en perpetuar este ciclo de acumulación y consumo desigual. La Cuarta Postura propone un cambio radical: pagar la participación en las ganancias. En lugar de apropiarnos de manera desproporcionada del valor que otros generan, debemos redistribuir equitativamente esa riqueza para que todos se beneficien del fruto de nuestro trabajo colectivo. Este es un llamado a la justicia económica y a la solidaridad, en el que la ética debe prevalecer sobre el mero interés material.
La filosofía ha dado un salto monumental.
La realidad no consiste sólo de cuerpos y almas. Entre ambos está el “árbol de conocer y decidir” capaz de generar más realidad.
Ese árbol genera un fruto cuya semilla genera nueva realidad.
Pero no debe comerse porque es nuestro regalo para Dios!
Desde hace un siglo la humanidad se viene comiendo gran parte de ese fruto y eso ha comenzado a transformarnos es una especie inferior.
Hoy se puede detener esa degradación mediante nuevas relaciones laborales.
Si preguntamos cuál es nuestro sistema económico social, cuál es el causante de este grave desajuste social, no recibimos una respuesta unánime.
La producción de bienes y servicios consiste en disponer capital y personal, y cubrir sus costos para generar lo necesario para la subsistencia de la sociedad. Y en la transacción comercial surgen los excedentes que la sociedad aplica a su porvenir.
Investigando cómo se administran esos excedentes de la producción de bienes y servicios podríamos conocer la respuesta correcta. (En este trabajo denominaré a los beneficios empresarios discriminados de ambos progenitores del emprendimiento como excedentes de capital y trabajo, es decir el valor excedente que capital y personal encuentran luego de la transacción comercial).
En el sistema de la doctrina social asistencialista, el excedente del capital es administrado por el dueño del capital. El del personal (como veremos) es confiscado como Impuesto a las Ganancias, y lo administra el Estado. Claramente surge que nuestro sistema económico social es esa tercera postura.
Desde temprana edad se nos inculcó que los problemas de la sociedad eran causados por fallas de sus protagonistas, y que entonces como primera medida el ser humano debía mejorar. Y otros decían que la brecha podía zanjarse si las clases sociales se “igualaban” o si una de ellas se “sometía” como si fuese una lucha de buenos contra malos. Esta confusión lleva a los bien-intencionados a atacar al enemigo equivocado, con lo cual nuestros problemas en lugar de resolverse se agravan.
Reniegan alternativamente del capitalismo y del socialismo, sistemas que no existen desde hace 60 años.
Y así, al verdadero poder degradante le hacen un favor.
El enemigo público número uno del mundo no es un terrorismo. Es esta difusa doctrina asistencialista, cuyo sostén metafísico es oculto, y que rige la economía de todos los países sin excepción.
Creo que ya debemos abandonar la ilusión de “modificar” al ser humano, o la de “derogar” las clases sociales, o la de que una derrote a la otra. La solución no es la educación, sino la justicia, la cual generará una nueva educación libre de doctrinas perdedoras.
No nos extrañe entonces que la sociedad ande sin rumbo y amenace con su colapso.
Preparemos nuestro espíritu para una sociedad más justa, participativa, calificada y próspera, para una Cuarta Postura.
Sistema Cuarta Postura: El excedente del capital debe ser administrado por el dueño del capital y el excedente del personal debe ser administrado por el personal de cada emprendimiento.
Proponemos eximir de ganancias a las empresas que las participen con su personal, a cuenta de indemnización.
La adhesión será voluntaria para cada empresario. Quien no adhiera seguirá tributando el 35% de las ganancias .