La filosofía ha dado un salto monumental.
La realidad no consiste sólo de cuerpos y almas. Entre ambos está el “árbol de conocer y decidir” capaz de generar más realidad.
Ese árbol genera un fruto cuya semilla genera nueva realidad.
Pero no debe comerse porque es nuestro regalo para Dios!
Desde hace un siglo la humanidad se viene comiendo gran parte de ese fruto y eso ha comenzado a transformarnos es una especie inferior.